Este año, California ha dado el último paso para abrir el Medi-Cal, su programa de Medicaid, a todos los residentes que reúnan los requisitos, independientemente de su estatus migratorio.

Es una expansión significativa para un programa de protección social que ya de por sí es masivo.

El gasto anual de Medi-Cal asciende actualmente a  $157.000 millones, con los que atiende a unos 15 millones de residentes de bajos ingresos, más de un tercio de los californianos.

De ellos, aproximadamente 1.5 millones son inmigrantes que viven en Estados Unidos sin papeles, y su acceso a servicios de atención médica representa un costo estimado de $6.4 mil millones, según el Departamento de Servicios de Atención Médica.

Estos inmigrantes se han ido sumando al programa poco a poco, a medida que el estado fue eliminando el requisito de residencia legal. Primero, en 2016, se incluyó a los niños. En 2020, a los jóvenes de 19 a 25 años. En 2022, a las personas de 50 años o más. Finalmente, desde enero, a todos los adultos restantes.

Los defensores de los inmigrantes aplauden el aumento de personas inscriptas en el seguro público de California y elogian al estado por haber ampliado Medi-Cal y logrado que la tasa de personas sin cobertura médica bajara a un mínimo histórico de 6.4%.

Sin embargo, los proveedores de servicios de salud y los hospitales advierten que el estado no ha ampliado adecuadamente el número de profesionales ni ha aumentado lo suficiente los pagos de Medi-Cal. Por esta situación, algunos afiliados tienen problemas para encontrar prestadores de salud que los atiendan en plazos adecuados o directamente se quedan sin ninguna atención médica.

“La cobertura no significa necesariamente acceso”, afirmó Isabel Becerra, consejera delegada y presidenta de la Coalición de Centros de Salud Comunitarios del Condado de Orange, durante una cumbre sobre política sanitaria, el 2 de octubre en Los Ángeles. “Existe una escasez de profesionales de salud. Todos estamos luchando por recibir atención médica. Estamos compitiendo entre nosotros para conseguir que los médicos nos atiendan”.

Aunque el estado ha aumentado un 87,5% los pagos de Medi-Cal para la atención primaria, de maternidad y servicios de salud mental respecto de lo que paga Medicare, el seguro privado todavía tiende a pagar más, según la California Legislative Analyst’s Office.

Una iniciativa electoral presentada hace poco podría garantizar que los ingresos procedentes de un impuesto sobre los planes de salud gestionados se destinen a aumentar el pago a los proveedores de asistencia sanitaria que tratan a los pacientes de Medi-Cal.

Pero algunos creen que el próximo capítulo para dar cobertura a los inmigrantes requerirá algo más que Medi-Cal.

En 2022, Joaquín Arámbula, miembro de la Asamblea estatal por el Partido Demócrata, presentó un proyecto de ley en este sentido. Proponía que los aproximadamente 520.000 residentes indocumentados sin seguro que ganaran más del 138% del nivel federal de pobreza pudieran solicitar cobertura sanitaria subvencionada por el estado a través de Covered California, el mercado de seguros de salud estatal. Sin embargo, el proyecto de ley no avanzó en el comité este año.

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Los médicos diagnosticaron a Vanessa López Zamora con hepatitis A y C y cirrosis. Después de cuatro días en el hospital, López Zamora fue derivada a un gastroenterólogo para que le hicieran un tratamiento adicional, al que puede visitar como nueva beneficiaria de Medi-Cal.(Craig Kohlruss for KFF Health News)

La nueva entrega de la serie “Faces de Medi-Cal” muestra cómo Medi-Cal ha impactado en la vida de sus nuevos afiliados.

Entre ellos, Vanessa López Zamora, que por fin está recibiendo tratamiento para su hepatitis y cirrosis, pero tiene problemas para ver a un gastroenterólogo cerca de su casa; Douglas López, un trabajador de un parque de atracciones que atribuye la cobertura dental a la mejora de su bienestar; y Daniel García, que sufre de gota, pero ha renunciado a la búsqueda de un proveedor de atención primaria.

Todos ellos hablaron con KFF Health News luego de comenzar a ser beneficiarios de Medi-Cal.

“Empecé a sentirme mal hace mucho tiempo”

En marzo, el estómago de Vanessa López Zamora se había hinchado tanto que parecía que estaba embarazada. Había estado dolorida y vomitando durante días.

López Zamora contó que fue al servicio de urgencias de su localidad, el Kaweah Health Medical Center, pero no había ningún especialista disponible. Así que la mujer, de 31 años, fue trasladada en ambulancia a Adventist Health Bakersfield, a unas 80 millas de su casa en Visalia.

Contó que allí, los médicos le diagnosticaron hepatitis A y C y cirrosis, y le explicaron que eso le había causado lesiones internas en el hígado y el esófago.

Vanessa pasó cuatro días en el hospital y, para recibir tratamiento adicional, la remitieron a un gastroenterólogo, al que puede ir como nueva beneficiaria de Medi-Cal. Esta es una opción que no podía permitirse en el pasado, cuando tenía dolores de estómago y náuseas.

“Ha sido un proceso muy largo porque empecé a sentirme mal hace mucho tiempo”, dijo López Zamora, que trabaja como contable en una emisora de radio local de Visalia, en el valle de San Joaquín. “Mis hijas son muy pequeñas, y si no consigo el tratamiento necesario, no sabré cuánto tiempo me queda”, se lamentó.

López Zamora, que llegó a California desde Ciudad de México cuando tenía 8 años, está agradecida por la atención que recibió inicialmente.

Pero también está frustrada.

El gastroenterólogo al que la derivó el hospital está en Bakersfield y para Zamora es difícil ir: no conduce, y no puede viajar a otra ciudad.

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Medi-Cal le proporcionó a Douglas López un tratamiento dental que antes no podía costear. En enero, el condado de Orange inscribió automáticamente a López en el plan Medi-Cal de Molina Healthcare cuando el estado amplió la elegibilidad para residentes sin papeles de entre 26 y 49 años. La cobertura ha mejorado su atención, dice.(Arlene Mejorado for KFF Health News)

El acceso limitado a especialistas —desde gastroenterólogos hasta cardiólogos— ha sido durante mucho tiempo un desafío para muchos pacientes de Medi-Cal, especialmente los que viven en zonas rurales o en regiones donde hay escasez de proveedores de salud.

El Valle de San Joaquín, donde vive López Zamora, tiene la menor oferta de especialistas del estado, según la California Health Care Foundation.

Michael Bowman, vocero Anthem Blue Cross, el plan de Medi-Cal de López Zamora, dijo en un correo electrónico que Anthem tiene una amplia red de especialistas que atienden a los beneficiarios de Medi-Cal, incluyendo más de 100 gastroenterólogos en un radio de 20 millas alrededor de Visalia.

López Zamora está tratando su cirrosis con medicamentos y dieta, pero en agosto su gastroenterólogo de Bakerfield descubrió signos de una condición precancerosa en el estómago.

Ella dijo que está buscando un especialista que atienda más cerca de su casa. Por ahora, su madre debe tomarse el día en el trabajo para llevarla a las citas médicas. Si no, toma el autobús.

López Zamora intentó utilizar el transporte proporcionado por Medi-Cal, pero se quedó varada en el hospital. Y ha tenido que cambiar dos veces de cita.

“Me llevaron, pero no me pudieron traer de vuelta porque no encontraban un Uber”, explicó.

Un proceso muy sencillo

Medi-Cal proporcionó a Douglas López el tratamiento dental que no podía costear.

En 2022, este hombre de 33 años ganaba el salario mínimo como trabajador de limpieza en un parque de atracciones. El plan de emergencia de Medi-Cal en el que se había anotado sólo cubría extracciones de urgencia.

Ese año, López experimentó un dolor agudo en las muelas de atrás cuando comía sus queridas bolitas de caramelo de coco y tamarindo de su Guatemala natal.

Un dentista le dijo que necesitaba varias obturaciones y tres endodoncias. Empezó el tratamiento, pero las facturas se fueron encareciendo: $150 la primera sesión, luego $200 y después $300.

“No podía permitírmelo”, recordó López, que vive en Fullerton. “Tenía que pagar el alquiler y la comida”.

Preocupado por perder los dientes, dejó de comer cualquier cosa que le causara dolor.

En enero, cuando el estado amplió la elegibilidad para el seguro a los residentes sin papeles de entre 26 y 49 años, el condado de Orange inscribió automáticamente a López en el plan Medi-Cal de Molina Healthcare. La cobertura transformó su atención, dijo.

Desde entonces, ya vio a un dentista seis veces. Le hicieron una limpieza, tres endodoncias, dos obturaciones y radiografías. Y Medi-Cal ha pagado la factura.

La experiencia de López contrasta con la de muchos otros beneficiarios, que luchan por obtener la atención que necesitan. El Centro de Investigación de Políticas de Salud de UCLA descubrió que el 21% de los dentistas de California vieron pacientes de Medi-Cal de todas las edades, según datos de 2019 a 2021.

Sin embargo, a menudo esos dentistas limitan el número de pacientes de Medi-Cal que reciben; entonces, solo el 15% de los adultos inscritos podrían recibir atención dental en un año determinado.

A López Medi-Cal lo ha ayudado. “Fue un proceso muy sencillo. Estaba muy emocionado porque podía buscar un dentista”, dijo. “Y mi miedo a perder los dientes por no recibir tratamiento desapareció”.

“Algo que ni siquiera puedes usar”

El año pasado, el dolor punzante en el brazo y en el pie que sufría Daniel García se agravó tanto que el hombre de 39 años fue una sala de emergencias.

García padece gota, un tipo de artritis inflamatoria que puede causarle un intenso dolor e hinchazón en las articulaciones. Cuando este año pudo tener la cobertura de Medi-Cal, pensó que por fin podría ir al médico para recibir tratamiento.

Pero el residente del condado de Los Ángeles dijo que no ha sido capaz de encontrar un proveedor de atención primaria que acepte tomar su seguro de Molina Healthcare.

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Daniel García (izq.) y Yaneth Cardona, en su casa de Los Ángeles. García obtuvo cobertura de Medi-Cal este año, pero aún no ha encontrado un proveedor de atención primaria. Cardona calificó para Medi-Cal en 2022.(Arlene Mejorado for KFF Health News)

“Es frustrante porque tienes algo que ni siquiera puedes usar”, dijo García, quien tampoco ha podido hacerse un examen físico anual. “He llamado y me dicen que no aceptan mi seguro”.

Molina declinó hacer comentarios sobre el caso de García y no respondió a preguntas sobre su red de atención primaria.

En California, casi 6 millones de personas viven en un total de 611 áreas donde escasea la atención primaria, según un análisis de KFF, que descubrió que el estado necesitaría sumar 881 profesionales para cerrar esta brecha.

García, trabajador de la construcción, dijo que leyó que podía controlar su artritis cambiando sus hábitos alimentarios. Ahora come más sano y ha reducido el consumo de azúcar y de Coca-Cola. En cuanto al dolor, lo alivia con ibuprofeno. Ha renunciado a buscar un proveedor de salud.

Mantener a los pacientes fuera de las salas de emergencias, que pueden ser hasta 12 veces más costosas que la atención primaria, es uno de los argumentos a favor de la expansión de Medi-Cal.

Estudios han demostrado que ampliar la cobertura de salud no solo reduce la cantidad de visitas a emergencias, sino que también aumenta el uso de atención preventiva por parte de los pacientes, según Drishti Pillai, directora de políticas de salud para inmigrantes en KFF.

 “Esto puede ayudar a ahorrar costos de salud, porque no se deja las enfermedades sin atención durante mucho tiempo, lo que podría hacer que su tratamiento se vuelva más complejo y costoso”, explicó Pillai.

Esta historia fue producida por Kaiser Health News, que publica California Healthline, un servicio editorialmente independiente de la California Health Care Foundation.





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